martes, 5 de noviembre de 2013

MEDITACIÓN TAOÍSTA DE LA ÓRBITA MICROCÓSMICA

•  Siéntate en el borde de una silla con la espalda recta, las manos sobre los muslos, los pies separados apoyados sobre el suelo. Deja los genitales suspendidos en el aire (no apoyados sobre el asiento) y cierra los ojos.
•  Concéntrate en el ombligo (el centro de la energía vital) hasta que puedas despertar el "chi". Lo puedes sentir en forma de sutil cosquilleo, electricidad o sensación de energía. Una vez que puedas percibir la energía chi, auméntala con la respiración: al inhalar, la traes a ese punto y al exhalar la concentras allí.
•  Lleva la energía hacia el centro genital. Al inhalar la mueves del ombligo a los genitales y al exhalar la fijas en el centro genital.
•  Condúcela ahora del centro genital al perineo entre los genitales y el ano.
•  Sigue llevándola del perineo al cóccix.
•  Del cóccix a las lumbares (justo en la parte opuesta del ombligo).
•  De las lumbares a las dorsales (justo en la parte opuesta del corazón).
•  De las dorsales a la primera cervical (entre el cráneo y la columna).
•  De las cervicales a la coronilla (el punto más alto de la cabeza)
•  Y de ahí continua bajando la energía de la coronilla al entrecejo.
•  Del entrecejo a la parte alta del paladar para conectar a través de la punta de la lengua apoyada en el paladar, con la garganta.
•  De la garganta llévala al corazón.
•  Del corazón al plexo solar (punto medio entre el ombligo  y la punta del externón).
•  Del plexo solar al ombligo y concluye cerrando el circuito de la órbita microcósmica.
•  Primero realizas la órbita microcósmica realizando 2-3 respiraciones completas para cada punto que estas trabajando hasta que puedas abrir esos centros energéticos. Después en una respiración pasas de un punto al siguiente (al inhalar mueves la energía de un punto al siguiente y al exhalar la fijas en éste) y finalmente haces la subida de energía desde el perineo hasta la coronilla al inspirar, y la bajada de la energía desde la coronilla hasta el perineo al exhalar.

Abrir la Órbita Microcósmica dentro de uno mismo es uno de los pilares de la práctica del Tao. Una órbita microcósmica abierta posibilita circular la fuerza vital (Chi) a través del cuerpo y expandirla hacia fuera para conectar con las fuerzas de la naturaleza y con la energía de la Tierra. Con unas técnicas muy concretas de relajación y concentración, esta práctica conduce el Chi a través de los meridianos más importantes del cuerpo.

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